En la tranquila ciudad de Eldritchville, los residentes aparentemente normales albergaron secretos oscuros y deseos retorcidos. El juego de Storiado estaba a punto de sacarlos de la manera más inesperada.
¿OMS?
El personaje principal fue elegido para ser el Sr. Jenkins, el bibliotecario aparentemente suave de la ciudad. Poco sabía alguien, el Sr. Jenkins tenía una inclinación por el caos y la travesura.
¿Con quién?
Su socio desprevenido en el crimen fue la Sra. Abernathy, la dulce anciana que dirigía la panadería local. Debajo de su cálida sonrisa acechaba una mente tan retorcida como la de Jenkins.
¿Dónde?
Su cuento retorcido se desarrollaría en el asilo abandonado en las afueras de la ciudad, un lugar rumoreado que los espíritus de sus antiguos pacientes perseguían.
¿Qué hicieron?
Bajo la portada de la oscuridad, el Sr. Jenkins y la Sra. Abernathy irrumpieron en el asilo. Establecieron una extraña fiesta de té en el salón principal, completa con pasteles envenenados y té alucinógeno. Su objetivo? Para atraer a los residentes más insufribles de la ciudad y verlos descender a la locura.
¿Cómo terminó?
Cuando llegaron los invitados, fueron recibidos con la espeluznante risa que resonaba en los pasillos. Uno por uno, sucumbieron a los efectos de las golosinas envenenadas. El Sr. Jenkins y la Sra. Abernathy observaron con Glee mientras la gente de la ciudad una vez prolada bailaba y gritaba, sus mentes se desenterraban. La fiesta llegó a su clímax cuando los habitantes fantasmales del asilo se unieron, convirtiendo el evento en un carnaval de pesadilla del caos.
A la mañana siguiente, la ciudad se despertó para encontrar las puertas del asilo abiertas, sin rastro del Sr. Jenkins o la Sra. Abernathy. La única evidencia de los eventos de la noche fue una sola nota escalofriante en la mesa del té: "Storiado: el juego nunca termina".
Mientras la gente del pueblo leía la nota, se dieron cuenta de que el cuento retorcido estaba lejos de terminar. Inversamente se habían convertido en personajes en una historia que continuaría girando y girando, sin fin a la vista. Y en algún lugar, por ahí, el Sr. Jenkins y la Sra. Abernathy ya estaban tramando su próximo juego retorcido.
Storiado había transformado una ciudad tranquila en un patio de recreo para lo macabro, lo que demuestra que las historias más retorcidas son aquellas que difuminan la línea entre la realidad y la pesadilla.